sujeto verbo y predicado

Sujeto, verbo y predicado

Me gustas. Tú y tus formas desgarradas, y esos adjetivos que solo me atrevo a mencionar cuando intento describirte. 

Pero me superas. Tú, un sustantivo fuera de la órbita, que merece solo oraciones simples.

Tú, tan sencilla, que careces de complementos, de esos adornos que solo descalifican. 

Tú, el rezo que pronuncio cada noche para ver la luz de la mañana, el sujeto que da cordura a mis oraciones. 

Me gustas. Tú y tu forma de contemplar la vida, llamando a las cosas por su nombre, sin miedo, con valentía. Me gusta que determines tus decisiones, y lo que es tuyo. 

Que vuelvas. Como siempre haces en invierno, aunque el tiempo corra más rápido cuando te tengo entre mis brazos, sin que yo ni un punto y final pueda pararte y congelar el tiempo. 

Que al marcharte, tus faltas me otorguen el derecho a echarte de menos.

Me gustas tú, a pesar de tus silencios. Esos que llenan mi vacío cuando no te tengo cerca porque siempre te estás yendo.