Pensábamos que el estar bajo un mismo cielo nos encerraría en la misma cama, y que la luna sería la luz que encender sobre nuestra mesita de noche.
Pero ya han pasado varias tormentas desde la última vez que rocé tus labios y las nubes ya han borrado tu rostro del firmamento.
Necesito volver a verte. Necesito que juntos nos burlemos de los límites que nos separan, recordar que los rascacielos, por muy altos que sean, los ha construido el hombre.
Así que estoy decidida a coger el siguiente avión y sobrevolar por encima de todas las dudas e incapacidades, demostrarnos una vez más que todo es posible.
Esta es la carta de amor más bonita que jamás leerás: Sujeto, verbo y predicado
Para principiantes