extasis veraniego

Éxtasis de verano

Por un momento, he cerrado los ojos y me he dejado arropar por el sol, había olvidado lo cálido que es y lo mucho que me reconforta. Tras un largo invierno, pensé que el buen tiempo no llegaría nunca a Madrid.

Creo que han sido unos pocos segundos los que he aguantado con los ojos cerrados, ya sabes lo impacientes que somos y lo mucho que nos cuesta disfrutar de los pequeños momentos.

El caso es que, durante ese instante he creído oler a mar, ¿qué ridículo, verdad? Desde mi balcón, en Madrid, he llegado a sentir que estaba en la playa.

También he sentido el frescor de la arena en mi cuerpo, aunque tan solo se trataba del aire húmedo que la lluvia había dejado tras su paso.

Lo más curioso es que juraría haber oído piar a las gaviotas. Lo había confundido con el sonido del semáforo en verde que abría paso a dos personas que se cruzaban manteniendo una distancia prudencial.

Un coche, con mucha prisa, me ha despertado de este éxtasis de verano.

¿A dónde irá?